En Costa Rica, el hígado graso es la causa más común de enfermedad hepática terminal
Expertos en salud lanzan un llamado urgente: es hora de cuidar de nuestro “gran laboratorio interno”, también conocido como hígado.
¿La buena noticia? Con simples cambios en el día a día, podemos proteger este órgano vital y prevenir enfermedades silenciosas que podrían amenazar seriamente nuestra salud.
Aquí te compartimos seis consejos prácticos que puedes empezar a aplicar hoy mismo para mantener tu hígado saludable:
- Lleva una dieta balanceada: Prioriza frutas, vegetales y fibra, mientras reduces grasas saturadas y azúcares.
- Hidrátate adecuadamente: Beber suficiente agua facilita la eliminación de toxinas.
- Haz ejercicio físico regular: Mantenerte activo ayuda a controlar el peso y mejora la función hepática.
- Evita el exceso de alcohol y tabaco: Incluso el consumo moderado debe ser consciente y controlado.
- No tomes suplementos sin supervisión médica: Algunos productos “naturales” pueden ser dañinos para el hígado.
- Chequeos regulares y vacunación al día: Sobre todo si tienes factores de riesgo como obesidad o antecedentes familiares.
El hígado es responsable de funciones esenciales en el cuerpo, desde la desintoxicación hasta la producción de bilis y el metabolismo de medicamentos.
Sin embargo, muchas enfermedades hepáticas se desarrollan silenciosamente y muestran síntomas solo cuando el daño ya es avanzado.
Según la Dra. Carolina Gutiérrez, gastroenteróloga de la Clínica Equilibrium, uno de los mayores enemigos actuales del hígado es el hígado graso por disfunción metabólica, una condición que ya afecta a más de un tercio de la población adulta mundial y está creciendo rápidamente en niños.
En Costa Rica, ya es la causa más común de enfermedad hepática terminal.
“El 20% de las mujeres mayores de 18 años y el 30% de los hombres padecen algún grado de hígado graso”, advierte la especialista. Y agrega: “Aunque el hígado tiene una capacidad enorme de regeneración, el daño sostenido puede volverse irreversible”.
Contrario a creencias antiguas, la cirrosis no es exclusiva de quienes consumen alcohol en exceso.
La obesidad, el síndrome metabólico y las hepatitis virales también son causas frecuentes de daño hepático grave. Lo preocupante es que muchas veces los síntomas —como fatiga persistente, dolor abdominal o coloración amarilla en piel y ojos— aparecen solo cuando la enfermedad ya está avanzada.
La Dra. Gutiérrez enfatiza la importancia de realizar chequeos regulares, especialmente si existen factores de riesgo. Herramientas modernas como la elastografía (Fibroscan) permiten detectar problemas en etapas tempranas, cuando aún es posible revertir el daño.
“Es fundamental cambiar el paradigma y comenzar a ver al hígado como el centro de operaciones del organismo. La prevención es nuestra mejor herramienta para evitar que una enfermedad silenciosa termine comprometiendo seriamente la calidad de vida”, concluye la especialista.

Dejar un comentario