Los ataques de pánico son episodios intensos de miedo o ansiedad que aparecen de forma súbita y pueden generar una sensación abrumadora de pérdida de control, incluso cuando no existe una amenaza real. Reconocerlos a tiempo y saber qué hacer en esos minutos críticos puede marcar la diferencia entre entrar en pánico total o recuperar el control de forma gradual.
🧠 ¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico es una reacción intensa del cuerpo ante una percepción de peligro, aunque no haya una amenaza concreta. Puede durar entre 5 y 20 minutos, y aunque no es peligroso en sí mismo, se siente como una crisis física y emocional. A veces aparece como parte del trastorno de pánico, pero también puede ocurrir en personas sin diagnóstico previo.
🔍 ¿Cómo se detecta?
Los síntomas suelen aparecer de golpe e incluyen:
- Palpitaciones o taquicardia
- Dificultad para respirar o sensación de ahogo
- Sudoración intensa
- Mareos o sensación de desmayo
- Temblor o escalofríos
- Opresión en el pecho
- Náuseas o molestias estomacales
- Sensación de irrealidad (despersonalización)
- Miedo intenso a perder el control, enloquecer o morir
Muchas personas confunden estos síntomas con un infarto, lo que refuerza el miedo y agrava el cuadro.
🛟 ¿Qué hacer durante un ataque de pánico?
5 acciones que pueden salvar tu día
1. Reconocé que es un ataque de pánico
Decite a vos mismo: “Esto es incómodo, pero no peligroso. Va a pasar.” Nombrar lo que está sucediendo ayuda a reducir el miedo a lo desconocido.
2. Respirá profundamente
Concentrate en hacer respiraciones lentas y profundas: inhalá por la nariz contando hasta 4, sostené el aire por 4 segundos, y exhalá por la boca contando hasta 6. Repetilo hasta sentirte más estable.
3. Anclate al presente
Mirar a tu alrededor y nombrar en voz alta 5 cosas que ves, 4 que podés tocar, 3 que podés oír, 2 que podés oler, 1 que podés saborear. Esta técnica ayuda a redirigir tu mente del miedo a la realidad concreta.
4. Mové el cuerpo suavemente
Caminar, estirarte o cambiar de posición ayuda a liberar la tensión física acumulada. El cuerpo necesita descargar la adrenalina generada.
5. Hablá con alguien de confianza
A veces, solo decirle a alguien “Estoy teniendo un ataque de pánico” puede calmarte. No estás solo ni es una señal de debilidad. Compartirlo es parte del proceso de autorregulación.
🩺 ¿Cuándo consultar a un profesional?
Si los ataques se repiten, interfieren con tu rutina o se acompañan de un miedo constante a que vuelvan, es importante consultar con un psicólogo o psiquiatra. La terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, la medicación, pueden ayudarte a recuperar el bienestar y prevenir nuevas crisis.

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